Sepa defender su fe - 5ª parte
Y adoraron al dragón porque dio autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: “¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella?” Y le fue dada una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de Su nombre, y de Su tabernáculo, es decir, de los que moran en el cielo. También se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado. Si alguno tiene oído, que oiga.
— Apocalipsis 13:4-9 (LBLA)
Esta porción del Apocalipsis habla de una de las armas más poderosas de la “bestia” o el Anticristo: una boca para proferir palabras arrogantes y blasfemias contra Dios, Su nombre, Su Iglesia y los salvos.
Sabemos que satanás es el gran imitador inverso de Dios. Todo lo que Dios hace, él procura hacerlo al revés. Dios obra mediante Su Palabra que da vida; satanás actúa con su palabra que produce muerte. Incluso ha inventado una “biblia de satanás”…
Por tanto, una de las guerras principales que enfrenta el ser humano es la guerra de las palabras. Dios habla por un lado, satanás por el otro, y nosotros nos hallamos en medio. Aquél a quien escuchemos será quien gane esa guerra en nosotros.
Esa boca que el Anticristo recibirá no puede representar otra cosa sino los medios de comunicación, los cuales estarán completamente bajo su dominio. ¿Cómo podrá él controlar a todas las naciones, pueblos y lenguas, si no es mediante los medios puestos a su servicio? Todos escuchando una sola voz, una única narrativa, sin posibilidad de contradecir, hasta el punto de el mundo será convencido a adorar al Anticristo, esa criatura de satanás sobre la tierra… y la consecuencia de ello será la perdición de sus almas.
Sin embargo, esto no es algo que sucederá solamente en un futuro lejano. Hoy mismo, esa gran boca satánica ya está hablando a través de múltiples medios, a la velocidad de la Internet. Por ello, los cristianos deben aprender a distinguir entre la Internet y la Inƒernet. No traen advertencia visible. El contenido que procede de Dios está en la Internet como una isla en medio de un océano de engaños y trampas que provienen de la Inƒernet.
¿Cuántos buenos cristianos, miembros de iglesias, obreros, e incluso pastores han caído por causa de las palabras satánicas que llegaron a sus oídos a través de la Inƒernet?
Estamos llegando a una situación en la que se hace necesario practicar el Ayuno de Daniel, no solamente por 21 días, sino para toda la vida…
En el pasaje citado, nuestro Señor Jesucristo, una vez más, dijo: “Si alguno tiene oído, que oiga.” No debería sorprendernos, pues muchos siervos ya no tienen oídos para oír al Espíritu de Dios. Antes bien, se están confundiendo con las muchas palabras de la Inƒernet.
No sea insensato.
¡Defienda su fe!