Jesús en Getsemaní
Lucas 22:39
Jesús tenía el hábito de subir al Monte de los Olivos, toda vez que pasaba por Jerusalén, y los discípulos le seguían.
Antes de ser un siervo de Dios ¿Qué hábitos teníamos cuando llegamos a la iglesia?
Era costumbre que el siervo colocara toda su fe haciendo las cadenas de oración, los propósitos.
Muchos eran personas activas en la fe y, lastimosamente muchos han perdido esta costumbre o hábito.
Si hay desequilibrio el siervo corre un gran riesgo espiritual. Si se deja de usar la fe, Dios deja de manifestar Su Poder.
Cuando nos alejamos del Altar, el fuego del Altar comienza a apagarse en la vida del siervo de Dios.
Cuando se deja de luchar, se deja de vencer.
Cuando se deja de hacer la voluntad de Dios automáticamente se comenzará a hacer la propia voluntad.
Y nuestra propia voluntad se inclina más a las obras de la carne que propiamente a lo espiritual.
Todo esto hace que muchos se debiliten espiritualmente.
Los discípulos seguían a Jesús pero éstos no practicaban los mismos hábitos que Él.
¡No podemos descuidar nuestra vida con Dios!
Dios espera que sacrifiquemos nuestra voluntad para hacer la voluntad de Dios.
Tomemos por ejemplo al Señor Jesús y tendremos mejores hábitos espirituales que nos fortalecerán, nos levantarán y nos harán vencer.
Hábitos que nos ayudarán a ser fuertes: orar, ayunar, meditar en la Biblia.
Practicando los buenos hábitos Jesús no retrocedió, no dejó de sacrificar su vida, su voluntad; Él fue fortalecido y obedeció.
Ante las luchas y dificultades piense ¿qué frutos ha producido?
Analice y vea cuál es el cuidado y la atención que usted le está dando a su vida espiritual.
El ser humano puede variar en su comportamiento pero Dios y Su Palabra no cambian.
⚠️ Es importante que usted como siervo de Dios piense bien en lo que está escuchando y corrija lo que sea necesario. Pues, no sirve de nada ganar más almas y perder la propia.






