Antes de conocer a Dios, tenía una vida vacía, e intenté llenar ese vacío con mujeres y fiestas, por muchos años estuve en esa condición. Todo eso me generó problemas económicos, siendo ya un profesional, no tenía trabajo, pasaba muchas limitaciones al punto de tomar la decisión de viajar a Estados Unidos, pensando que mi vida iba a cambiar, y no cambió nada porque, el problema no era el lugar, sino la vida que yo llevaba.
Regresé a mi país y con el tiempo tuve un accidentes, por el cual me iban a emputar uno de mis pies y comencé a ver muchas dificultades, porque sin trabajo, en mi hogar nada estaba bien.
Mi madre fue la primera que llegó a la iglesia, ella comenzó a perseverar y fue viendo cambios. Luego llegamos nosotros con mi familia, y fue justamente cuando tuve el último accidente, donde yo reconocí que si yo no me entregaba a Dios, el diablo iba a acabar con mi vida.
Y comencé a perseverar participando de las reuniones, comencé a obedecer y practicar todo lo que aprendía en la Palabra de Dios, me liberé de los vicios y en el proceso surgió el cambio en mi vida porque el vacío que yo sentía Dios lo llenó completamente. Mi vida económica se restauró comencé a trabajar, Dios empezó a darme ideas. Tengo una familia bendecida: mi esposa, mi hija y yo, servimos a Dios. Todo lo que un día perdí Dios lo restauró, ahora tengo felicidad, paz, alegría y sobre todo el Espíritu Santo. Puedo decir que Él transformó mi vida.

