Aprenda a restablecer esa relación beneficiosa que se está perdiendo.
Se habla mucho de actividades que brindan una sensación de paz, como caminar por la naturaleza, contemplar el mar, escalar montañas o cuidar las plantas. Esta percepción, común a muchas personas, incluso cuenta con respaldo científico. Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders (2012) demostró que las caminatas cortas en espacios verdes ayudan a las personas con depresión clínica. El psicólogo Marc Berman, de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), demostró que una caminata de 50 minutos en la naturaleza puede aumentar la capacidad de atención en un 20 %, en comparación con los entornos urbanos.
Sabiduría espectáculo
Si la ciencia ya reconoce el valor de la naturaleza para el bienestar de todos, la Biblia reconoce este aspecto desde hace miles de años y muestra que esta relación es mucho más profunda de lo que imaginamos. El pasaje del Salmo 19:1 es un ejemplo: «Los cielos declaran la gloria de Dios; el firmamento proclama la obra de sus manos». La humanidad, al igual que la naturaleza, es creación de Dios y, como tal, no puede disociarse de Él. Alejarse de la naturaleza es, en cierto modo, distanciarse de Dios. Esta distancia, como lo confirman estudios científicos, conlleva varios problemas.
Al respecto, el obispo Edir Macedo afirma lo siguiente en la Biblia Anotada : «La visión que contemplamos del universo es una revelación natural de la grandeza y el poder del Altísimo. Lo que vemos es algo tan extraordinario que nadie podrá decir en el Juicio Final que desconocía la existencia de Dios. El Señor tiene innumerables atributos invisibles, pero dejó tras de sí grandes obras de manera visible e indiscutible para que la gente pueda ver quién es. ¡Qué sabiduría espectacular!».
bienestar mental
En su libro Naturaleza y Mente, Berman también cita un estudio de 2001 que vincula las ventanas con vistas a espacios verdes con menores índices de agresión y delincuencia en las viviendas sociales de Chicago. En Brasil, la Universidad de São Paulo (USP), en un estudio publicado en julio de este año, descubrió que andar en bicicleta en espacios verdes mejora el bienestar mental. Estos estudios refuerzan la idea de que el contacto con la naturaleza puede beneficiar la memoria, el estado de ánimo y la atención, y que incorporar espacios verdes a la rutina es una forma sencilla y eficaz de mantener la salud mental. Pero ¿cuán profundos son estos hallazgos?
Esencial para la salud
Para la psicóloga Jéssica Palin, especialista en salud emocional corporativa, mentora de liderazgo y fundadora de la plataforma IntegraMente, además de sus beneficios mentales, la naturaleza ayuda a reducir la presión arterial y fortalecer el sistema inmunitario. «Las personas pueden mejorar su memoria, estado de ánimo y atención a través del contacto diario con la naturaleza, ya que es un refugio que transmite paz. Este contacto también ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto, a su vez, reduce la ansiedad y la depresión, y mejora los problemas de sueño», analiza.
Desinterés por la naturaleza
Jéssica cree que los principales factores que impulsan este distanciamiento de la naturaleza son precisamente el desinterés social y la falta de interés por la naturaleza misma. «Hoy en día, la atención se centra en internet, lo que genera aislamiento. Sentarse pasivamente frente a una computadora es más fácil que moverse, más fácil que interactuar con la gente, con el entorno y la naturaleza. Este es un factor de riesgo importante porque provoca depresión, ansiedad y agotamiento», advierte.
Primer paso
Sin embargo, hay una manera de reconectar con la naturaleza: “Para romper el aislamiento, es esencial que las personas abandonen su mundo interior aislado y participen en actividades naturales. El primer paso es reconocer que el aislamiento de la naturaleza les perjudica y tomar medidas concretas como caminar, cultivar un huerto, viajar y montar en bicicleta. Estos beneficios son cotidianos y aplicables a todas las edades, incluyendo personas mayores, niños, adultos y adolescentes, siempre que haya al menos algún contacto diario con la naturaleza”, señala.
Esencia del ser humano
Para la psicóloga, la naturaleza misma tiene una conexión con la esencia del ser humano. “Nuestra esencia es estar rodeados de naturaleza para recargarnos, incluso. Nos brinda paz, una sensación de bienestar. Así, ya sea escalando una montaña, contemplando el mar o participando en cualquier actividad relacionada con la naturaleza, habrá una sensación de paz, porque es, sin duda, parte de nuestra esencia como seres humanos. Al conectar con la naturaleza, la calidad de vida de una persona mejora”, concluye.
