«… si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente». Lucas 13:5
«Y el siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad…». 2 Timoteo 2:24-25
