“Al oír Abram que su pariente había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y salió en su persecución hasta Dan… Y recobró todos sus bienes, también a su pariente Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la gente.” Génesis 14:14-16
Sabemos que el carácter de Abraham, sin duda alguna, llamaba la atención de Dios. Una de las formas en que él expresó su carácter fiel fue cuando lidió con la esterilidad de Sara. Aunque podía tomar otra mujer, eligió no imponerle ese dolor a su amada esposa.
He aquí vemos otra virtud en su carácter: la responsabilidad con su sobrino Lot y su familia.
El hermano más pequeño de Abraham, Harán, había muerto y dejó a su hijo Lot, huérfano. Abraham entonces asumió a Lot como su hijo, por eso lo llevó consigo cuando obedeció el llamado de Dios.
Pero Lot no tenía la misma fe que su tío. Luego se separó de él y, guiado por los ojos, fue tras una vida independiente y más confortable en Sodoma. Y fue allí que lo peor le aconteció. Lot, su esposa e hijas, además de todos los moradores de Sodoma, fueron capturados por cuatro reyes.
Fue allí que Abraham, una vez más, ejerció su responsabilidad por el alma de Lot. Junto a 318 de sus hombres fue a rescatarlo, arriesgando su vida.
“… sabed que los que son de fe, estos son hijos de Abraham.” Gálatas 3:7
Quien es de la misma fe que Abraham también tiene ese mismo censo de
responsabilidad para con las almas perdidas.
Quien es la propia bendición carga la responsabilidad de compartirla con quien aún no lo es. Y cumple esa responsabilidad a toda costa.
Si usted desea tener esa comunión que Abraham tenía con Dios participe en este Domingo de la Reunión especial del Encuentro con Dios, a las 7am.
📌 Comayagüela, 7ª calle entre 4ª y 5ª avenidas.




